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La forma en que juegas con tu hijo puede influir en su desarrollo

Sharon Galitzer (Physical Therapist) por Sharon Galitzer (Physical Therapist) Necesidades adicionales

Sharon Galitzer (Physical Therapist)

Sharon Galitzer (Physical Therapist)

Soy fisioterapeuta pediátrica y también hermana de un adulto con necesidades especiales.

La forma en que juegas con tu hijo puede influir en su desarrollo

Todo este tiempo juntos en casa ha permitido a los padres disponer de mucho más tiempo para implicarse en muchos aspectos de la vida diaria de sus hijos.

En el pasado, muchos padres salían de casa a primera hora de la mañana para reunirse con sus hijos 6 o incluso 8-10 horas más tarde.

Los padres tienen un acceso más fácil a sus hijos, ya que están en casa durante las horas de vigilia y desempeñan un papel más activo en las actividades cotidianas y recreativas.

En muchos hogares, este tiempo extra juntos ha tenido un impacto positivo a la hora de enseñar al niño habilidades de autorregulación.

Estudios recientes han demostrado que los padres suelen participar más en juegos físicos con sus hijos.

La Universidad de Cambridge ha descubierto que este tipo de juego ayuda al niño a desarrollar la autorregulación.

El juego entre padres e hijos en los primeros años suele centrarse en las habilidades cognitivas y comunicativas.

Sin embargo, incluso con bebés, se observó que los padres movían las extremidades hacia arriba, abajo y alrededor.

Luego, a medida que el niño crece, se observa que los padres participan en juegos como pillarse, jugar a la lucha libre, hacerse cosquillas o perseguirse mutuamente.

Este tipo de juego tipifica un ritmo en el que hay un momento de calma, un movimiento imprevisto o un sonido explosivo, y luego el ciclo se repite.

Por lo general, los padres observan la reacción del niño y modulan su respuesta en función de sus conclusiones.

Simultáneamente, desde la perspectiva del niño, éste debe anticipar el antecedente, recibir e integrar la información y, a continuación, relajarse para prepararse para el siguiente ciclo.

El juego brusco con tu hijo es, sin lugar a dudas, una experiencia sensorial al máximo y otra forma de enseñarle autorregulación.

Los sonidos, el movimiento, el tacto, ya sea un apretón, unas cosquillas o un balanceo, pueden ser muy estimulantes para cualquier organismo.

De forma indirecta, el juego brusco entrena la autorregulación del niño, que se anticipa a cada oleada de estímulos táctiles, auditivos y visuales y luego se reagrupa.

Estudios longitudinales han demostrado que los niños que han experimentado juegos bruscos desarrollan mejores habilidades de autorregulación cuando empiezan la escuela.

*Reconozco que la etiqueta de "padre" es arbitraria, pues sé que la unidad familiar puede ser muy diversa. Sólo para aclarar que esto no es una declaración política ni social.

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