Back to blog archive

Mi milagro en miniatura

Stephanie Swann por Stephanie Swann Necesidades adicionales

Stephanie Swann

Stephanie Swann

Vivo en Stockport con mi pareja y Joseph, un niño de 5 años. Joseph sufrió una lesión cerebral hipóxica de grado 3 al nacer y, como consecuencia, tien...

Mi milagro en miniatura

El día de Año Nuevo, mientras mi pareja y yo desenvolvíamos los regalos de cumpleaños y disfrutábamos de la celebración del segundo cumpleaños de nuestro hijo, no pude evitar reflexionar sobre lo diferentes que casi eran nuestras vidas hace dos años, cuando él se aferraba a la vida por un hilo.

Joseph nació el día de Año Nuevo de 2019 en muy malas condiciones.

Durante el parto sufrió una lesión cerebral hipóxica de grado 3, que le causó múltiples complicaciones y discapacidades.

Cuando nació, recuerdo que estaba absolutamente desesperada por obtener respuestas, por cualquier dato que los profesionales médicos pudieran dar que indicara cómo sería el futuro de Joseph.

Para mi frustración, la única respuesta que nos dieron fue "tenemos que esperar a ver qué pasa".

Parecía una tortura, como si su futuro, nuestro futuro, pendiera de un hilo.

Nunca había experimentado sentimientos tan profundos de impotencia y falta de control sobre una situación.

Me sentaba y deseaba tener una bola de cristal para ver cómo iban a salir las cosas.

Hicimos todo lo que pudimos para mantenernos positivos y esperanzados por Joseph y nos lanzamos a disfrutar de todo lo que pudimos.

No podría haberlo hecho sin el apoyo de mi compañero Barrie, que ha sido y sigue siendo mi roca en todo momento.

Tampoco podría haber tenido la fuerza y la resistencia durante ese tiempo sin el amor y la ayuda de nuestra familia, amigos y el enorme equipo de profesionales médicos que se han integrado tanto en el tejido de nuestras vidas que apenas puedo recordar una época sin todos ellos.

En los dos últimos años, Joseph nos ha sorprendido y maravillado una y otra vez.

Ahora hace cosas que nunca supimos si llegaría a hacer.

Cada vez que veo a mi niño milagro aprender algo nuevo o alcanzar otro hito, mi corazón se eleva y el orgullo y la gratitud que siento me recuerdan por qué se supone que no podemos ver el futuro.

Si hubiera podido ver lo que estaba por venir, me habría ahorrado algunas noches de insomnio, preocupaciones interminables, canas y arrugas en el entrecejo, pero no habría sido ni de lejos tan especial.

Seguimos viviendo con el "esperar y ver", pero lo que he aprendido en los dos últimos años es que, pase lo que pase, podemos afrontarlo juntos como una familia.

He aprendido que no necesito saber todo lo que hay a la vuelta de la esquina.

He aprendido que soy lo suficientemente fuerte como para manejar las bolas curvas.

He aprendido a amar cada cosa nueva, por pequeña que sea.

He aprendido a valorar esas pequeñas cosas que otros suelen dar por sentadas.

Me han dado nuevos ojos con los que ver.

Me siento increíblemente afortunada de tener a mi hijo, porque el día de Año Nuevo de 2019 ocurrió un milagro y le dieron una segunda oportunidad en la vida.

Temas

Otros artículos de su interés ...

No se han encontrado resultados