No puedo prometer que sea fácil, pero valdrá la pena.

En junio celebramos la Semana de los Cuidadores; para mí y para el Sr. V, y para millones de personas más, cada semana es la Semana de los Cuidadores.

Ningún padre elige que su hijo nazca con una enfermedad o discapacidad que limiten su vida.

Del mismo modo, ningún padre elegiría jamás que su hijo las desarrollara como consecuencia de una enfermedad, un accidente u otro cruel giro del destino.

Pero ocurre.

Y cuando ocurre, te encuentras en un mundo de terminología médica, pruebas, dolor y, a menudo, miedo por el futuro.

Pero también hay esperanza.

No se trata de un club al que uno planea apuntarse, pero una vez que entras, te conviertes en miembro para toda la vida. Los demás miembros son increíbles y te demostrarán que ser cuidador no solo es una función que merece mucho la pena, sino que además conlleva una gran cantidad de aspectos positivos que ayudan a equilibrar los momentos difíciles.

Es cierto, es agotador (mental, física y emocionalmente), y requerirá un nivel de valentía y fortaleza por tu parte que nunca creíste tener.

Pero lo encontrará, y algo más.

Ser padre o cuidador te abrirá los ojos a un mundo diferente, en el que ningún logro se considera menor o insignificante. Todos los progresos se celebran, todas las personas son valoradas y queridas por lo que son, no por lo que pueden o no pueden hacer.

Te enseñará lo que significa amar incondicionalmente.

Experimentarás subidas que te harán sentir como si estuvieras volando, y mientras que las bajadas te llevarán al abismo más profundo de lo que imaginabas, siempre habrá otras personas dispuestas a sentarse contigo en la oscuridad y a ayudarte a volver a subir cuando estés preparado.

Cada vez que su hijo haga algo que los demás dan por sentado, usted querrá golpear el aire con orgullo y alegría porque SABE lo difícil que es conseguir esa victoria.

Aprenderás a sentir más empatía, a defender a quienes te necesitan y te convertirás en el mayor defensor de tus seres queridos porque son tuyos.

El Dandy tiene la suerte de contar con un gran número de personas que le quieren, le apoyan, le animan y le alientan... pero su padre y yo somos los más afortunados.

Porque fuimos bendecidos con este niño increíble, brillante, dulce y feliz.

A los que acaban de empezar este viaje como cuidadores no puedo prometerles que vaya a ser fácil. Pero les prometo que merecerá la pena.