¿Promoción?

A veces me pregunto cómo sería si ser padre cuidador fuera recompensado de la misma forma que el empleo remunerado. Para empezar, nos pagarían, eso estaría bien. Pero también tendríamos a alguien (suponiendo que se tratara de un buen lugar de trabajo) que nos dirigiera, nos apoyara, nos formara y se pusiera al día con nosotros.

Probablemente estaríamos rodeados de un equipo de personas que desempeñan funciones similares, así que no nos sentiríamos solos y tendríamos a quien preguntar cuando nos atascáramos.

A medida que pasaban los años y crecían nuestra experiencia y nuestras habilidades, nos recompensaban con comentarios positivos sobre nuestros logros, nos ascendían. Tal vez consiguiéramos un título como "gerente", "jefe de", "líder" o incluso director general.

Estas aportaciones y reconocimientos probablemente validarían lo que estamos haciendo, aumentarían nuestra confianza y nos ayudarían a reflexionar y sentirnos orgullosos de lo que hacemos. Quedaría impresionante en un perfil de LinkedIn y la gente se interesaría en una cena.

La realidad es que crecemos, progresamos y adquirimos increíbles habilidades nuevas y transferibles, pero en gran medida no lo reconocemos, excepto a veces por amigos o familiares.

La diferencia es que esas personas no lo viven, así que, aunque tienen buenas intenciones, no saben muy bien para qué dicen "lo estás haciendo tan bien".

Aunque no podemos tener el escenario completo que acabamos de describir, podemos conectar con nuestros "compañeros de equipo" en foros, a través de organizaciones benéficas y encuentros. Podemos seguir esperando que se reconozca a los cuidadores por lo que hacen y que, algún día, reciban una remuneración adecuada (gracias a organizaciones benéficas como Carers UK, que abogan por ello en nuestro nombre).

Mientras tanto, he añadido mi función asistencial a mi perfil de LinkedIn (tengo la suerte de contar con un empleador que me apoya y me permite progresar en mi carrera). Suelo hacer referencia a ella en mi vida profesional.

Muchas de mis habilidades y muchos de mis conocimientos son útiles en mi otro trabajo y más allá. Mi marido y yo también nos hemos puesto títulos de trabajo (hemos entrado por la puerta grande).

Él es Director Médico y yo Directora de Asistencia Social y Educación. Así también nos repartimos la carga administrativa. El siguiente paso son las tarjetas de visita y, quizá, algún tipo de cordón de aspecto oficial que podamos blandir con autoridad.

Bromas aparte, urge un mayor reconocimiento y apoyo a los cuidadores. Un "bien hecho", por muy sincero que sea, no basta.