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Que la comida sea tu medicina

Carolyn Voisey por Carolyn Voisey Necesidades adicionales

Carolyn Voisey

Carolyn Voisey

Mamá de un pequeño increíble, trabajo a tiempo completo en la educación superior y tengo mi propio pequeño negocio como diseñadora/creadora de joyas. ...

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Que la comida sea tu medicina

Ha pasado una década, pero hemos vuelto a la dieta cetogénica. La primera vez, Dude sólo tenía 13 meses; los efectos secundarios obligaron a dejar la dieta a los 18 meses.

Después de seis meses particularmente horribles de cambios en la medicación sin que nada ayudara en absoluto, era hora de volver a examinar la dieta; llevamos casi 8 semanas y nunca deja de asombrarme cómo una dieta puede tener un impacto tan drástico en las convulsiones.

Aunque el tipo sigue teniendo las desgraciadas cosas a diario, en poco menos de dos meses ha experimentado una reducción del ~80% en la actividad convulsiva general.

Hace años aprendimos que los lácteos, el gluten y la soja le provocan convulsiones; querido lector, permítame informarle de que intentar gestionar una dieta cetogénica para un niño que no sólo se alimenta de comida mezclada mediante PEG, sino que además no tolera el gluten, el trigo, la soja ni los lácteos, ¡ha sido todo un reto!

Pero ha merecido la pena.

Afortunadamente para nosotros, el Dandy no es un niño al que le cueste subir los niveles de cetonas; a la semana de empezar la dieta ya estaba en cetosis. En dos semanas, observamos una mejora en la frecuencia de sus convulsiones.

Nos habría encantado que la dieta hubiera podido detener por completo sus convulsiones, pero eso era algo que no esperábamos dado el alcance de sus discapacidades y las anomalías estructurales de su cerebro.

Como cualquier otro tratamiento, tiene sus inconvenientes

El contenido extremadamente bajo de hidratos de carbono permitido en la dieta significa que un gran número de frutas tienen un contenido de hidratos de carbono demasiado alto para ser consumidas. Verduras como el brócoli y las zanahorias consumen rápidamente los hidratos de carbono permitidos en las comidas, por lo que ingerir suficiente fibra en la dieta puede resultar difícil y provocar problemas de estreñimiento.

El alto contenido en grasas puede agravar el reflujo y los vómitos, dos problemas con los que estamos luchando actualmente junto con el cansancio extremo (del Dandy, no nuestro). Como la dieta no es completa desde el punto de vista nutricional, hay muchas probabilidades de tener carencias de vitaminas y micronutrientes, por lo que hay que hacer análisis de sangre periódicos, para disgusto del Dandy.

Esperemos que unos cuantos ajustes en su dieta hagan que nuestro precioso niño vuelva a ser el mismo, feliz y despierto que era antes. Aún es pronto, y desde luego no todo es coser y cantar, pero por primera vez en mucho tiempo tenemos esperanzas.

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