Una Semana Santa muy especial

No se puede negar que este año o más ha sido increíblemente difícil.

Covid-19 ha causado estragos absolutos en todas nuestras vidas y libertades.

Para mí, los que más han sufrido son los niños.

Lo que se les pide va más allá de lo "normal" o justo.

Que les retiren de sus colegios, que les pidan que se dediquen a la educación en casa, que no puedan jugar con sus amigos, que les digan que ya no pueden abrazar o besar a sus familiares, que pierdan el contacto con sus seres queridos, etc.

Es algo muy triste.

A menudo imagino cómo se sienten los niños con necesidades complejas.

Nuestro hijo tiene espina bífida, hidrocefalia, epilepsia y dificultades de aprendizaje, lo que significa que cuenta con todo un equipo de profesionales increíbles que le ayudan a ser lo más fuerte posible.

Estas personas se convirtieron en sus amigos y, de repente, todos se habían ido.

No podía tener citas cara a cara y tenía que intentar "arreglárselas" con llamadas de zoom, etc.

De nuevo, es tan duro para todos nuestros pequeños y mi corazón lo siente de verdad por ellos.

Acabamos de pasar nuestra segunda Semana Santa encerrados.

Este año nos hemos esforzado más de lo habitual, simplemente porque los niños ya se han perdido demasiadas cosas.

Con sus complejas necesidades, tuvimos que pensar cómo incluir a Jacob para que no se sintiera excluido.

¡¿Qué aspecto tenía esto entonces?!

1. Una caza del huevo coordinada por colores

Como tenemos trillizos, hay que tener en cuenta que Ben y Chloe son más rápidos y ágiles que Jacob.

He aprendido en el pasado que la distribución de los huevos puede ser injusta, lo que ensombrece lo que debería ser una divertida mañana juntos.

Así que... este año le hablé al conejo de Pascua al oído y le pedí que usara esos huevitos de plástico de colores para esconder sus golosinas.

Los huevos de Jacob también estaban escondidos a la altura de sus ojos, para que pudiera verlos fácilmente desde su silla de ruedas.

Fue muy divertido trabajar juntos para encontrar deliciosas golosinas.

2. Preparación

A Jacob no le gustan las sorpresas y puede angustiarse si no está seguro de lo que ocurre.

Así que estuvimos dándole pequeños retazos de información sobre la Pascua durante unas semanas y explicándole que no puede comer DEMASIADO chocolate en un día.

También le explicamos a quién podía ver ese día y a quién no. Un cambio muy sencillo pero eficaz para nosotros.

3. Protección contra la sobrecarga sensorial

Todos hemos sentido alguna vez que no podemos soportar los ruidos o los ambientes congestionados, pero Jacob se siente así muchas veces.

Ahora vendrá y nos dirá "demasiado" para que sepamos que es hora de un descanso tranquilo.

Redujimos el riesgo de que esto ocurriera dividiendo informalmente el día en "franjas horarias" más manejables para él sin dejar de divertirse.

Sí, nuestras Pascuas no siempre se parecen a las de los demás... pero eso no importa en absoluto.

Funcionó para nuestra familia y pasamos unos días fantásticos juntos.

Espero de verdad que tú también lo hayas pasado genial, independientemente de las adaptaciones que hayas hecho para tu(s) pequeño(s).