La historia de Wilson GottaGo

Una tarde, después del baño, Amy, la madre de Wilson, le pilló mientras salía de la bañera. Por la sonrisa de su cara, Amy se dio cuenta de que para Wilson era una sensación nueva. Wilson tenía casi tres años y hasta entonces Amy nunca se había planteado enseñarle a ir al baño. Había supuesto que no tenía el potencial necesario. Esta constatación despertó en ellos la necesidad de considerar y aprender más sobre el control de esfínteres.

Antecedentes clínicos

Wilson tiene parálisis cerebral (GMFCS IV) y un historial de estreñimiento que le obligaba a tomar laxantes a diario. Aunque Wilson había desarrollado el control de la cabeza y podía pronunciar algunas palabras, todavía no era capaz de sentarse de forma independiente, rodar o automovilizarse y necesitaba equipo para sentarse, levantarse y bañarse. Aunque la familia había tenido muchos contactos con diversos profesionales sanitarios, ninguno de ellos había hablado nunca del aseo.

Nuestro enfoque

Amy, sin embargo, ya había entrenado a la hermana mayor de Wilson y de repente pensó: "¿Por qué no a Wilson?" Habló con el terapeuta ocupacional de Wilson, que parecía sorprendido pero dispuesto a ayudar. Amy siguió un enfoque similar al de su hija. Consistía en quitarle los pañales a Wilson y hacer visitas rutinarias al baño. Al principio no pasaba gran cosa, hasta que un día Wilson estaba sentado en un pañal y Amy se dio cuenta de que se retorcía. Estaba mojado y, lo que es más importante, notaba la incomodidad. Esto animó a Amy a desarrollar las habilidades básicas necesarias para enseñarle a ir al baño. El primer paso consistió en motivar e implicar a Wilson. Las recompensas futuras se sustituyeron por elogios inmediatos y generosos por sus progresos, accidentales o no. Además, todo su círculo social, incluido el colegio, utilizó un lenguaje coherente y desarrolló rutinas comunes. Cognición: el siguiente paso consistió en desarrollar la comprensión de Wilson del proceso de ir al baño trabajando en la secuenciación y la imitación. Su GottaGo estaba decorado con colores y, en lugar de llevar a Wilson al baño, Wilson empezó a llevar a todos los demás al baño. Tenían que imitarle, papá incluido. Sensorial - Basándose en el incidente del cojín para cachorros, la familia utilizó horarios de eliminación para ayudarle a pillarle en el acto de hacer pis. Esto desarrolló su conciencia sensorial y permitió a Wilson asociar la sensación de hacer pis con el acto. La postura en cuclillas, conseguida con el GottaGo, ayudó a aliviar la incomodidad de hacer caca. Físico: se utilizaron juegos como lanzar, atrapar y soplar burbujas para fortalecer los músculos y aumentar la presión intraabdominal, lo que le animó a hacer pis. La familia utilizó rutinas para predecir cuándo era más probable que hiciera pis, por ejemplo, antes de las comidas. Otro momento clave fue cuando colocaron el GottaGo frente al televisor y Amy sorprendió a Wilson orinando de nuevo. Con un entusiasta "¡Estás haciendo pipí, estás haciendo pipí!" y la cara de sorpresa de Wilson, se reforzó la conexión entre la sensación y el acto. Amy cambió su lenguaje de "¿Lo intentamos?", que a menudo provocaba un "¡No!", a "Vamos a intentarlo", lo que aumentó su éxito.

El resultado

Al cabo de varias semanas, Wilson pudo controlar el pis. Controlar las cacas le llevó más tiempo, pero el consejo de Amy a otros padres es contundente: "Quitadle el pañal y no os rindáis". Con el tiempo, esto también se regularizó y su necesidad de laxantes se redujo considerablemente. Durante este tiempo, Wilson también se sometió a una operación importante para eliminar la espasticidad de sus piernas (rizotomía dorsal selectiva). A los médicos les preocupaba que su control de esfínteres se viera afectado, pero el GottaGo fue llevado al hospital y sus primeras palabras tras la operación fueron "¡Necesito hacer pipí!". Desde el punto de vista de Amy, ella está "muy contenta de que se quedaran con él... Es ese paso extra de independencia que necesita... Sería bueno que se animara a los padres a intentarlo, o al menos a ser conscientes de la posibilidad de entrenarlo para ir al baño".

GottaGo

Asiento de WC ajustable y portátil

GottaGo es un innovador asiento de inodoro portátil que facilita la hora de ir al baño a las familias de niños con necesidades adicionales. Se trata de un asiento ligero que crea una postura única en cuclillas profundas que permite ir al baño de forma más fácil, saludable y eficiente, estés donde estés.

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