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Cómo ir al baño con una niña autista

Sara Stythe por Sara Stythe Necesidades adicionales

Sara Stythe

Sara Stythe

Al compartir nuestras experiencias sobre cómo es criar a un niño con necesidades especiales, la gente puede entender un poco mejor a nuestros peque...

Cómo ir al baño con una niña autista

Después de tener dos hijos neurotípicos que aprendieron a ir al baño con relativa facilidad, todo era nuevo para nosotros con nuestra hija Isla, que padece un raro trastorno cromosómico que causa autismo y retraso en el desarrollo. La primera vez que lo intentamos, a los 3 años, ni Isla ni yo estábamos preparados. Después de muchos accidentes decidimos posponerlo hasta el verano, cuando menos ropa era más aceptable y apropiada. Hicieron falta varios intentos y adaptaciones antes de que tuviéramos un éxito total.

Un plan y el equipo adecuado

Cuando volvimos a intentarlo, seguía sin haber señales de que Isla estuviera preparada. Sin embargo, esta vez nos apremiaba el tiempo, ya que empezaba preescolar (kindy en Nueva Zelanda), así que teníamos un plan. Como Isla era un poco mayor, pudo sentarse en el váter sin orinal, lo que nos resultó más fácil y tenía más sentido para ella.

Invertimos en un aro/soporte decente para ponerlo en el asiento del váter y en un taburete en el que ponía los pies. Muchos niños autistas, entre ellos Isla, suelen tener poco tono muscular. Por eso le resultaba difícil sentarse en el asiento, ya que, aunque era lo bastante grande, se tambaleaba. El taburete y el asiento con las piernas a 90 grados la estabilizaban y le permitían concentrarse en la tarea. Era lo único que había en aquel momento y lo utilizó hasta los 8. Cuando nos íbamos de viaje, metíamos el asiento en la maleta y cuando no podíamos llevar el taburete por falta de espacio en el equipaje, improvisábamos.

Tiempo para ir al baño vs. Entrenamiento para ir al baño

La principal diferencia con Isla es que ella iba al baño a su hora. Mis otras hijas me decían cuándo tenían que ir. Isla, en cambio, no recibía las mismas señales, así que teníamos que decirle cuándo tenía que ir al baño, porque si no podía tener un accidente. No1s era bastante fácil, pero No2s tomó algún tiempo para dominar.

Temporizadores y cronometraje

Utilizamos un temporizador para recordarnos a Isla (y a mí) que era hora de ir al baño. Al principio empezamos a ir cada media hora y luego aumentamos a cada hora. Intentamos darle mucho líquido (la mayoría de las veces sin éxito). Incluso si no lo conseguía, la alabábamos, nos lavábamos las manos y volvíamos a intentarlo al cabo de media hora. Hay que reconocer que es más fácil de lo que parece. Lo que ocurría es que se sentaba y no hacía pis, pero 5 minutos más tarde mojaba los pantalones. Sin embargo, la constancia ha dado sus frutos y al final se ha hecho a la idea.

Visuales

Hicimos fotos de Isla y le hicimos un gráfico de lo que tenía que hacer y lo pusimos en la pared junto al váter. En la guardería le enseñaron a ir al baño y tuvo un horario para ir al baño durante todo el tiempo que estuvo allí. A Isla le costaba bajarse los pantalones y volver a subírselos. Cuando le decían que era hora de ir al baño, se los bajaba en ese momento y a menudo salía del baño sin nada puesto. Sus habilidades motoras han mejorado con la edad, pero todavía estamos trabajando en su modestia a la edad de 12 años.

No1's, No2's y Distracción

Isla no siempre podía sentir la sensación de querer ir al baño, así que tuvimos que confiar en el momento oportuno y vigilarla en busca de señales. El hecho de que se agachara y se sintiera incómoda en general era a menudo un indicio, así como un aroma revelador. Nos aconsejaron que la dejáramos sentarse con su IPAD y que la elogiáramos y recompensáramos al instante cuando lo consiguiera (incluso antes de que se bajara del retrete, lo cual no es del todo higiénico, lo sé). Intentamos utilizar una tabla de recompensas, pero Isla no entendía muy bien para qué servía en ese momento. A ella le gustaban más las recompensas instantáneas, así que recibía un pequeño chocolate en cuanto lo conseguía después de un chorrito de desinfectante de manos.

Isla sigue siendo incapaz de limpiarse correctamente, pero lo intenta con resultados desiguales. No le ha resultado fácil enseñárselo debido a su escasa motricidad. Seguimos practicando con imágenes y con la técnica de pasarle la mano por encima para que poco a poco vaya cogiéndole el truco. Probamos las toallitas desechables porque pensamos que podrían ser un poco más fáciles que el papel higiénico, pero aún así acabarían hechas un desastre.

Salir de casa

Dicen que no es buena idea confundirlo con un pañal cuando se le enseña a ir al baño, pero debo admitir que en nuestras primeras salidas fuera de casa no estaba tan segura. Sin embargo, al poco tiempo ya salíamos sin pañales, con un par de mudas y algunas toallitas. Siempre nos asegurábamos de que fuera al baño antes de salir, sabíamos dónde estaban los aseos e intentábamos respetar los horarios cuando estábamos fuera.

Noche

Isla usó pañales por la noche hasta los 10 años. Al final tuvimos que quitarle los pañales y ponerle una sábana bajera en la cama para que progresara.

Escuela

Isla está en una clase satélite en la escuela con apoyo adicional, por lo que tiene horas fijas para ir al baño. Esto sigue siendo lo mejor para Isla, ya que si le preguntas si necesita ir al baño, siempre responde "no". Aprender nuevas habilidades y alcanzar hitos lleva mucho más tiempo con Isla, pero consigue dominar la mayoría de las cosas a su manera y a su propio ritmo.

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