Te quiero mamá

Cuatro palabritas que significan mucho. Recuerdo que cuando mi hijo, que ahora tiene 24 años, era mucho más pequeño, a menudo me echaba los brazos al cuello y me decía "Te quiero, mamá". Se me hinchaba el corazón.

Lo más probable es que mi hijo mayor (que ahora tiene 27 años) nunca diga esas palabras. No habla. Puede hacer señas de "te quiero". No sé si entiende lo que significa el amor. Le digo a menudo que le quiero. Su respuesta me dice que cree que es algo bonito: ........ Suele mandarme un beso. Le pregunto si quiere a mamá. Niega con la cabeza. No me molesta. Niega con la cabeza a todo. A todo, excepto a "¿Quieres pudding?". Entonces puede asentir y decir "Sí".

Como el Día de la Madre acaba de pasar, hemos visto todas las tarjetas en las tiendas expresando nuestro amor y agradecimiento a nuestras madres. Los anuncios de regalos caros y comidas fuera. Comercialismo..... dice mi cínico de 24 años. No se lo cree, nunca se lo ha creído. Hasta hace poco era un estudiante sin dinero y yo no habría querido que gastara sus limitados fondos en mí. Un abrazo y esas cuatro palabritas bastaban. (Aunque su padre siempre se aseguraba de que los chicos tuvieran algo para mí).

Nunca me han preparado el desayuno el Día de la Madre.

Nunca me han preparado el desayuno el Día de la Madre.

Soy la única que cocina en casa, así que nunca me han preparado el desayuno. Tampoco me han invitado nunca a comer o a merendar el Día de la Madre. Los pubs están abarrotados y habría sido difícil con mi hijo mayor, que tiene necesidades complejas. La verdad es que no me importa.

En cuanto a mi madre, ahora que me acerco a la cincuentena, sé que tengo mucha suerte de seguir teniendo a mi madre en mi vida. Así que sí...... me he dejado llevar por el comercialismo como he hecho todos los años desde que he podido. Tengo la tarjeta y el regalo. Le diré a mi madre que la quiero, no se lo digo lo bastante a menudo pero espero que sepa cuánto la quiero cada día.