Construir un pueblo
Naomi Aldridge
Soy una bloguera de necesidades especiales que escribe sobre mis necesidades especiales y las de mi hijo. Me encanta ser mamá de Ethan y quiero com...
Aceptar ayuda no es algo que me haya resultado fácil. Siempre me resultaba incómodo y sentía que me aprovechaba de la gente.
Me ha llevado mucho tiempo darme cuenta de que está bien aceptar la ayuda de la gente. Dicen que hace falta un pueblo para criar a los hijos, y estoy totalmente de acuerdo. Incluso si no llega en forma de ayuda física, siempre se necesita una ayuda emocional.
Tardé un par de años en convencer a nuestro trabajador social de discapacidades para que solicitara un servicio de relevo para Ethan. Me sentía obligada a cuidar yo misma de mi hijo, como hacían todos los padres de niños de mi edad. Pero mi hijo tenía muchas más necesidades que los demás y pasábamos mucho tiempo en citas y en el hospital.
Una vez aceptada esa ayuda, no he hecho más que dejarla crecer.
La ayuda que más me costó fue la de la familia y los amigos. Los que se ofrecían a ayudarme en casa o con mis hijas. Ha habido muchas ocasiones en las que he dicho la clásica frase de "no, está bien" o "no, estoy bien". Cuando en realidad deseaba poder aceptar esa ayuda.
Ha habido momentos en los que he tenido que pedir ayuda porque realmente no ha habido otra opción. Nunca me resultó fácil. Sin embargo, he aprendido a hacerlo más. Cuando tienes hijos necesitas el apoyo de los demás, pero si tienes un hijo con necesidades médicas complejas, necesitas esa ayuda mucho más. Sobre todo ayuda para ponerse al día con las tareas domésticas, recoger medicamentos o ayudar con los hermanos.
Sin embargo, la mayor ayuda por encima de todo esto es el apoyo emocional no sólo de familiares y amigos cercanos, sino también de aquellos que forman parte de nuestra comunidad de discapacitados en general.
Los que pasan por lo mismo que nosotros.
Los que viven a diario los mismos problemas, pero también experimentan todas las celebraciones de esos momentos felices que la mayoría no celebra.
Contar con personas a las que puedes llamar o que te ofrecen apoyo incluso cuando dices que estás bien, es increíblemente importante. Construir un pueblo a tu alrededor es vital para criar a tus hijos, con o sin necesidades complejas.
Puede que te cueste aceptar esa ayuda, pero te prometo que cuando la aceptes, te hará la vida mucho más fácil. No te sientas culpable por aceptar la ayuda, porque siempre podrás ofrecer ese apoyo a alguien cuando lo necesite.
