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Sharon F por Sharon F Necesidades adicionales

Sharon F

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Soy Sharon, tengo una hija con epilepsia y un grave problema de aprendizaje. Tengo un blog sobre nuestra vida.

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Hace poco estaba con una buena amiga y me contó algunas cosas difíciles por las que estaba pasando. Al poco de empezar la conversación me dijo "pero claro, no se parece en nada a lo que tú tienes que afrontar", y luego pasó a disculparse y a decir que sus problemas eran triviales en comparación. Sintió que tenía que parar y reconocer lo difícil que es mi vida como madre cuidadora de un niño discapacitado.

Para mí es una experiencia muy común, y supongo que todos los padres de un niño discapacitado han tenido una conversación similar con un amigo. Es una conversación bienintencionada y desde la bondad. Me ocurre con tanta frecuencia que he dicho a todos mis amigos que no quiero que sientan nunca que no pueden hablarme de sus problemas porque piensen que ya tengo "bastante con lo mío".

En mi caso es al revés, y sospecho que también en el de otros padres cuidadores. Nuestras vidas pueden ser extremadamente duras, soportamos crisis, convulsiones, citas, medicamentos, terapias y, a veces, tratamientos de urgencia cuando se desencadenan las grandes tormentas.

Escuchar que otras personas también lo están pasando mal suele ser un alivio.

En el mundo de la crianza SEN, a menudo puedo sentir que otras vidas "típicas" a mi alrededor parecen perfectas, fáciles y felices todos los días. Pero, por supuesto, no es así. Este sentimiento de diferencia puede agravarse si los amigos dejan de compartir sus dificultades cotidianas o eligen compartirlas con otros que tienen "menos en su plato".

Al ser considerado y no querer cargarnos con más, me pregunto si puede estar teniendo un efecto adverso. Me pregunto si lo que puede estar ocurriendo es que los padres cuidadores, y cualquiera que esté pasando por "cosas importantes de la vida", están teniendo la falsa impresión de que todos los demás están "bien". Cuando, por supuesto, no es así.

Por mi parte, quiero oírlo todo.

No hace falta que sean cosas importantes, pero si mis amigos han tenido un mal día en el trabajo y encima el gato ha vomitado, quiero que me lo cuentes. Ven a quejarte conmigo. Quiero ser capaz de devolver la amabilidad que mis amigos me demuestran día tras día. Ser capaz de apoyar a otra persona, de ayudar y de dar, puede ser fortalecedor y edificante. Los padres que cuidan a sus hijos también suelen tener un buen arsenal de mecanismos de afrontamiento y pueden ofrecerles consejos útiles.

Compartiré este post con mis amigos y les recordaré que estoy aquí para hablar con ellos. Si necesitan más persuasión, háganlo por mí y ayúdenme a saber que no estoy sola y que la vida nos plantea retos a todos.

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