Culpa del buen día
David Germon
Esposo, padre y aprendiz de experto en necesidades especiales.
Estoy convencida de que una de las mayores necesidades de cuidadores y padres es aliviar el sentimiento de culpa. Nos presionamos mucho a nosotros mismos, y a veces a los demás, para cumplir unos estándares que a veces no podemos alcanzar.
Una de estas presiones es el sentimiento de culpa por el buen día. A todos nos han aconsejado alguna vez: "Hace un buen día, ¿por qué no sales y te llevas a los niños a algún sitio? Ve a comprar un helado, pasa un día en la playa, escala una montaña, cruza a nado el mar de Irlanda". Lo peor de este tipo de consejos es que internamente te estás gritando lo mismo, con pánico a dejar pasar un día soleado sin crear un álbum de fotos con recuerdos para toda la vida.
Vivo en Gales, donde llueve a principios de julio.
Tenemos la dificultad de vivir en uno de los paisajes más bellos del mundo, a un paso de algunas de las mejores playas que se puedan encontrar y, lamentablemente, la lluvia en Gales está tan garantizada como el voto a los laboristas.
La presión para aprovechar los días soleados es enorme. Tenía una amiga soltera que solía venir absolutamente perpleja de que toda nuestra familia no se hubiera ido a hacer bodyboard o kayak esa semana en un abrir y cerrar de ojos junto con nuestra hija discapacitada y su silla de ruedas.
Sólo quiero decirte que este verano acalles esa culpa en tu cabeza e ignores la presión de los demás y, en su lugar, escuches a tu cuerpo: si estás agotado y luchando, habrá otros días soleados.
No pretendo dar una razón para quedarse siempre en casa y no sacar nunca a los niños a pasar el día. Si faltan TODOS los días soleados, entonces puede que haya algo que no funcione. Sin embargo, no creo que este sea el caso a menudo, sino que normalmente estás haciendo todo lo posible por mantener el ritmo y no puedes.
En algunos días soleados de verano está bien pasar tiempo en familia en el jardín, o hacer algo en casa, o incluso que los niños se entretengan mientras tú te pones al día con la colada o te dedicas tiempo a ti.
No te dejes vencer por la culpa del buen día. Entonces, cuando estés recargado, cuando tengas energía, si tienes la opción, la oportunidad y la capacidad de hacerlo, ¡ENTONCES sal, explora el mundo, vive una aventura y llena ese álbum de fotos! Recuerda que algunos días soleados son sólo para recargar las pilas.
