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El camino menos transitado

Sarah Kirkpatrick por Sarah Kirkpatrick Necesidades adicionales

Sarah Kirkpatrick

Sarah Kirkpatrick

Me llamo Sarah Kirkpatrick. Soy estilista de Alabama. Tengo una hija increíble que tiene cuádruple cerebral, distonía y HIE. Me encanta el arte, la...

El camino menos transitado

No voy a mentir, como padre de un niño discapacitado, a veces es más fácil quedarse en casa. Viajar con una persona médicamente compleja conlleva muchos problemas logísticos. Mantener los horarios de alimentación y medicación, empaquetar todo el equipo y el esfuerzo físico que ello conlleva. ¿Quién no ha conducido alguna vez 3 horas de vacaciones para descubrir que se había dejado el extractor de leche de su hijo en casa? Esta familia.

Durante los últimos 18 meses no nos hemos aventurado a salir mucho, a excepción de la terapia y las citas con el médico. Nuestra hija es increíblemente vulnerable a la amenaza del Covid, por lo que nos hemos tomado muy en serio el distanciamiento social, pero todos nos estábamos volviendo un poco locos. Necesitaba desesperadamente un cambio de aires.

Tomamos la decisión de irnos de vacaciones pensando en la seguridad. Encontramos un alojamiento fuera de lo común, pero con todo lo necesario para pasarlo bien. Mientras haya piscina, nuestra hija estará contenta.

Incluso un viaje de fin de semana conlleva muchos preparativos.

También mucha ansiedad. ¿Y si se me olvida algo? ¿Cómo mantendré su medicina a la temperatura adecuada? ¿Estará cómoda durante el viaje? Intento organizarme con una lista, pero siempre se me olvida algo.

El viaje transcurrió sin contratiempos, con la ayuda de Cocomelon, pero su paciencia se agotó al final. Con la parálisis cerebral, el malestar muscular es muy común, especialmente cuando se está limitado a un asiento de coche. Hacía falta un buen estiramiento.

El lugar que elegimos estaba más bien apartado, lo cual era perfecto para nuestras necesidades. Fue muy agradable tener una pequeña escapada mientras manteníamos las prácticas de distanciamiento social a las que nos habíamos acostumbrado en un intento de mantener a nuestra hija lo más segura posible. Esencialmente, teníamos el lugar para nosotros solos. Era una capa de ansiedad que necesitábamos desesperadamente.

El viaje no estuvo exento de dificultades.

El viaje no estuvo exento de dificultades. El albergue no estaba precisamente adaptado para sillas de ruedas. También intentamos hacer una excursión a una cueva, pero resulta que nuestra hija pequeña no es tan espeleóloga como esperábamos. Esa actividad en concreto no funcionó, pero una cosa que he aprendido es que no todo va a funcionar. Solía sentirme muy derrotada por cosas como esta, pero estoy intentando aprender a dejarme llevar más por la corriente. Probamos algo nuevo y luego pasamos a una actividad que tuvo más éxito.

No espero que participe en todas las experiencias, pero tengo que darle la oportunidad de intentarlo. A veces hay que esforzarse un poco más. No todo va a salir como esperábamos, pero no pasa nada. Nunca se sabe si no se intenta.

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