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Los días pueden ser largos pero los años son cortos

Sarah Paull por Sarah Paull Necesidades adicionales

Sarah Paull

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Compartir la diversión y el caos de nuestra vida familiar, mientras ayudamos a nuestras gemelas a alcanzar su pleno potencial tras una lesión cereb...

Los días pueden ser largos pero los años son cortos

¿Por qué por la noche, cuando todos los niños están profundamente dormidos, acabamos echándoles un poco de menos?

Por muy duro que haya sido el día, por muy mal que haya ido todo lo que podría ir mal, seguimos queriendo un achuchón nocturno...

Ese amor incondicional es lo que nos hace seguir adelante.

Ese primer verano que tuvimos las 3 niñas fue un caos total.

El sueño era inexistente, levanté al bebé equivocado de la cuna por la noche en más de una ocasión, devolver a un bebé dormido mientras el otro sigue tumbado llorando es igual que manejar una granada de mano sin explotar.

Un movimiento repentino y se acabó el juego, ambos se levantan gritando.

Cometí el error de novato de caminar por el pasillo con un bebé gritando a la 1 de la mañana y antes de darme cuenta también tenía un niño de 2 años en el monitor del bebé para unirse a la fiesta.

De hecho lo recuerdo como si fuera la semana pasada.

Sentada allí con las dos niñas intentando alimentarse y respirar mientras le leo un libro a Grace a las 3 de la mañana convenciéndola desesperadamente de que todavía no es por la mañana.

Rezando para que todos puedan volver a dormir sólo unas horas más.

Los días se sucedían y las semanas pasaban.

Antes de que nos diéramos cuenta llegó la Navidad, los dos gemelos durmieron a la vez y fue el primer almuerzo caliente que comí desde que llegaron a casa.

Era surrealista no tener que hacer botar a un bebé llorón o mecer un cochecito doble con una mano mientras con la otra se metía la comida como si fuera la última cena.

De alguna manera, en un abrir y cerrar de ojos estábamos en bloqueo nacional viviendo una pandemia.

Celebrando el primer cumpleaños de ambas niñas orgullosamente sentadas en sus asientos adaptables, podría haberme pellizcado de lo lejos que hemos llegado.

Luego el tiempo voló estando en casa y acabé con una preescolar descarada de 4 años que sabe los números, las letras, empezó ballet y equitación.

Hemos solicitado una plaza de acogida en el colegio, incluso hemos mirado en guarderías para llevar a los gemelos un par de sesiones a la semana para que se acostumbren a socializar.

Los años de bebé son cosa del pasado, empiezo a echar extrañamente de menos el esterilizador, las fiestas en mitad de la noche.

Bueno, no, eso es mentira, todavía estoy despierto varias veces por noche, es como girar una ruleta, pero todos duermen con el llanto de los demás, ¡ahora es como un ruido blanco para ellos!

Alguien me dijo cuando volví al trabajo "disfruta, los días son largos pero los años son cortos" Sonreí dulcemente, felizmente inconsciente de lo cierto que es.

Puede que mis ojos sigan teniendo bolsas irreparables, pero mi corazón está lleno y miro atrás a las miles de fotos y me doy cuenta de que cada día fue un honor estar presente, por muy caótico que fuera.

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