Un viejo dolor en un nuevo año

¿Cómo es un Año Nuevo cuando una parte de ti murió hace 3 años? En 2020 mi hija menor Lydia, la pequeña bendición más dulce de mi mundo nos dejó llorando y añorándola. Desde entonces, sólo una parte de mí entra en cada Año Nuevo, cada Navidad, cada cumpleaños. El Año Nuevo en particular me recuerda que una parte de mí sigue en 2020, no puedo comprender que hayan pasado más de 3 años desde que la tuve en mis brazos.

No necesito que otras personas estén tristes o continuamente sensibles a mi alrededor, la dolorosa realidad vive dentro de mí. Todavía hay una parte de mí en el presente, todavía una parte de mí que quiere disfrutar de lo que ocurre en la vida en este momento. Amo y adoro a mi mujer Bethan y a mi hija mayor Caitlin, y me necesitan en este año, con ellas. Lydia me quiere, quiere a su madre y a su hermana también y querrá que estemos juntas, querrá que esté aquí para ellas.

Si la pregunta es: ¿cómo se supera la pérdida de un hijo? La respuesta es que no.

No sigues adelante, cambias, te centras, lo intentas.

Tener paciencia con los padres que están de duelo: nos parece que el mundo ha seguido adelante mientras que nosotros no podemos. Parece que la gente quiere saber cómo podemos seguir adelante, incluso se espera que ya lo hayamos hecho. Somos capaces de disfrutar de las celebraciones, pero los acontecimientos de la vida siempre necesitan un momento para recordar que nuestro hijo debería estar aquí para esto.

A veces la expectativa de positividad y optimismo continuos es demasiado, a veces sólo necesitamos estar tristes, a veces sólo necesitamos recordar, no necesitamos que otros estén tristes -sólo sabemos que una parte de nosotros no está aquí -una parte de nosotros está con quien anhelamos ver. Sacaremos lo mejor de un nuevo año, pero necesitaremos momentos para retroceder en el tiempo.