La arteterapia es más que crear arte

Todos los lunes, después de la sesión de arteterapia, Isla sale corriendo de clase para enseñarme lo que ha creado.

Puede ser una cometa con un poco de cuerda, una tarjeta para su profesor o una roca pintada.

Son piezas preciadas que ocupan un lugar destacado en su armario, pero de las que se olvida rápidamente y a las que nunca vuelve a hacer referencia.

Ninguna de las obras que crea es tan artística en el sentido tradicional, pero lo más importante es el proceso que hay detrás.

Todo es cuestión de descubrimiento y curiosidad.

Puede ser explorar una idea y crearla a través de los distintos materiales artísticos. O explorar los materiales. Por ejemplo, utilizar la pintura y trabajarla de diferentes maneras para crear historias y patrones.

Isla suele recoger objetos de casa y llevárselos para utilizarlos en arte. Puede coger un cartón de huevos, cajas de zapatos desechadas o salvar algún material que podría ser artístico antes de que vaya al contenedor de reciclaje.

Le gusta mucho el trabajo práctico, crear piezas para llevar a casa.

Sin embargo, la arteterapia no consiste sólo en expresarse a través del arte.

También proporciona un entorno seguro para que Isla practique sus habilidades sociales.

Con terapeutas altamente cualificados para guiarla y compañeros de clase afines con los que compartir, se encuentra en el mejor lugar para triunfar.

Por lo que me cuentan los terapeutas, está aprendiendo a conectar con los participantes de sus clases y a trabajar junto a ellos.

Tiene oportunidades de practicar la gestión de sus emociones, ya sean de felicidad o de frustración.

Aprende a entablar conversaciones y a mostrar a los recién llegados al grupo la forma de participar.

Isla lleva muchos años asistiendo a Arteterapia y, sin duda, es uno de los momentos culminantes de su semana.

Nunca he asistido a una sesión. No sé exactamente lo que ocurre en esa sala, pero sé que ocurre mucha magia con sus maravillosos terapeutas y compañeros de clase.

He intentado recrearlo en casa recogiendo diversos materiales artísticos, pero no consigo que Isla se involucre.

Me he dado cuenta de que la arteterapia es mucho más que hacer arte y es algo que no podemos reproducir.

Al preguntar a Isla qué le gusta del arte.

Es divertido y puedo ver a mis amigos. Puedo hacer lo que quiera y no me regañan". ¡Qué más puede pedir una chica!