Cuando la escuela no es adecuada para su hijo

Desde el día que empezó dijo que lo odiaba. Pensé que eran los nervios del primer día. Era el gran cambio. Pronto se acostumbraría y se asentaría.

Pasaron unos meses y empezó a cambiar. Cambios de humor, de comportamiento y de lágrimas. Lo achaqué al cansancio, a las hormonas, a que echaba de menos a sus antiguos amigos.

Entonces empezó: Se quejaba de dolor de barriga, dolores de cabeza, se negaba a vestirse, se sentía mal. La animé pensando que estaba haciendo lo correcto.

Llegaba a casa contándome cosas que no me parecían correctas.

Les enviaba un correo electrónico y prometían solucionarlo. Luego pasaba otra cosa y volvía a enviar un correo. Y otra vez. Y otra vez. Los correos se convirtieron en reuniones. Ella seguía tan infeliz. Se negaba a ir, se ponía enferma y lloraba todo el fin de semana.

¿Quizás no era la escuela adecuada para ella?

El problema de tener un hijo con necesidades adicionales es que no es tan sencillo como elegir otro colegio. Para empezar, ¡ni siquiera había elegido su colegio! Había muchas cosas que escapaban a mi control y todas las demás plazas para niños con necesidades adicionales ya estaban ocupadas y había una larga lista de espera.

Intentamos que funcionara, probablemente mucho más tiempo del que debería, pero al final era obvio que el colegio no era el lugar adecuado para mi hijo autista.

Fue cuestión de semanas obtener el permiso formal para trasladarla. Su colocación estaba muy solicitada y para otro niño podría ser exactamente el lugar adecuado. Pero para mi hija, su salud mental era lo primero.

Los traumas escolares son muy reales y mucho más frecuentes de lo que muchos creen, sobre todo para los jóvenes autistas como mi hija. Su historia dista mucho de ser única, porque el sistema escolar suele ser muy inflexible y limitado.

A menudo se agrupa a los niños basándose únicamente en el diagnóstico o la ubicación, y los lugares suelen ser decididos por personas que ni siquiera conocen al niño. Para algunos niños esto funciona bien, pero para muchos otros sigue siendo una lucha y su salud mental se resiente en consecuencia.

La escuela no siempre es el entorno adecuado para que un niño aprenda.

Necesitamos mejores opciones que se adapten a necesidades amplias y a cada niño en particular. No se trata de "complacer a un niño mimado", como algunos parecen pensar, sino de responder a la comunicación de tu hijo y escuchar de verdad sus necesidades.

Hubo un tiempo en el que la escuela era el entorno más adecuado para mi hija, pero las cosas cambian y la transición a secundaria fue más de lo que ella podía soportar.

No ha sido fácil ir a contracorriente y darme cuenta de que la escuela no es el lugar adecuado para mi hija, pero sin duda ha sido la mejor decisión que he tomado. Mi hija sigue aprendiendo... solo que ahora lo hace en un lugar diferente, porque eso es lo que necesita.

La única foto escolar que tenía de su época allí debería habérmelo dicho hace meses. Si hubiera escuchado antes.