Ser más amable

Recientemente he experimentado un periodo de "agotamiento", tanto a nivel personal como profesional. Intentar compaginar una carrera profesional a tiempo completo con las necesidades de un hijo SN, las preocupaciones causadas por la crisis del coste de la vida y la creciente ansiedad por la salud de mi hijo significaba que simplemente no podía hacer más.

No podemos dejar a nuestro hijo en manos de otra persona, dejar el trabajo y tomarnos un descanso de varias semanas. Sin embargo, dar un paso atrás y recuperar el aliento me dio espacio para pensar.

¿Cuántos de nosotros hemos tenido que recordarnos a nosotros mismos que está bien que nuestros hijos progresen a un ritmo diferente del que esperábamos en un principio? ¿Que la infancia debe ser un viaje de descubrimientos y emociones, no un sprint hasta la meta?

Cuando decidí formar una familia, sabía que mi carrera quedaría relegada a un segundo plano, pero al principio había pensado que sería durante unos años, hasta que mi hijo fuera un poco mayor y no necesitara una intervención parental tan intensa.

Casi 13 años después, tiene las mismas necesidades de cuidados que un recién nacido a pesar de tener la cognición y el espíritu de un niño típico de 12 años.

Mis sonrisas cuando celebro los éxitos de mis colegas esconden una profunda tristeza y un dejo de celos por no haber sido capaz de dedicar esa energía a mi propia carrera.

Es difícil darse cuenta de que, de repente, tengo entre 5 y 10 años más que mis colegas, a los que ascienden a puestos superiores, mientras yo sigo en el mismo nivel en el que he estado durante años.

Mi reciente periodo de agotamiento fue el resultado directo de asumir demasiadas cosas; me ha servido como duro recordatorio de que, a pesar de lo que los medios de comunicación nos quieren hacer creer, no siempre podemos tenerlo todo. Para mí era necesario un cambio de enfoque que me permitiera centrarme en desarrollar mis propios intereses en el trabajo, en lugar de centrarme en el ascenso o en un nuevo puesto.

Aunque somos plenamente conscientes de lo importante que es cuidar de nuestra salud física como padres, cuidar de nuestra salud mental es a menudo más difícil pero no menos crucial. Los padres de SN renunciamos a muchas cosas, pero ganamos mucho más de lo que perdemos; ¿no es hora de que nos demos a nosotros mismos la misma gracia que damos a nuestros increíbles hijos y aceptemos que se producirán avances, por pequeños que sean? Al fin y al cabo, la vida no es una carrera.